y dolores que son la propia vida.
De estos no hables con nadie,
porque quien no los sufre
vive en el otro lado de algún foso invisible
y no comprenderá tus alegrías.”
JOAN MARGARIT
La verdad es campo yermo
Era exacto y brillante,
en las tardes de brisa, frente a casa
ver tus barcos partir
empujados por tu aliento.
Me gustaba escuchar
lejos, al otro lado de las normas,
cómo el rumor de tus historias,
cargadas con matices alejados del muelle,
marcaban con instantes
mi definido sendero.
Hablabas con medida
de todas las verdades que se esconden
en las botellas sin destino
que navegan mar adentro.
Aunque ante todo insistías,
con voz amable de hierro,
que la verdad sin espinas
se convierte en campo yermo.
